Principio. Iniciados por la palabra. Por las distintas voces. Invitados al “conócete a ti mismo”. Llamados por un otro. Iniciándonos con otros.
Un texto nos convoca a transitar ciertos pasajes para salir de un lugar.
Somos Alcibíades: encontrándonos en la ignorancia, en el no – saber. Y para saber gestamos un espacio donde lo primero que emerge es el amor.
¿Qué es el amor? ¿Es justo, útil, bueno, bello…?
Si el amor es fundante del vínculo, ¿hay demanda de amor en este espacio? ¿Estamos dispuestos a ser transformados, por la palabra, en el amor?
¿Es el romanticismo que nos escribe mero egoísmo?
Salir de uno para buscar en el otro aquello que nos falta. Conveniencia, utilitarismo… o simplemente un diálogo de la naturaleza humana que aflora en nosotros dicha búsqueda y renueva el deseo.
Rescatamos de este primer encuentro el habernos hallado en el texto, el haber podido abrir una dimensión en la que surge el deseo de saber. Y los maestro griegos nos preceden.
Buscamos una idea para cerrar este escrito. No la encontramos. Pero justamente no es lo que nos convoca el hallar un cierre, sino el seguir abriendo…
GEORGINA
sábado, 12 de mayo de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario