“Só não poderá¡ falar assim do meu amor
Que é bem maior que você pode encontrar
Você passou a música e esqueceu o principal
Que no peito dos desafinados
No fundo do peito bate calado
No peito dos desafinados também bate um coração.”
No peito dos desafinados também bate um coração.”
Desafinado (Antonio Carlos Jobim)
Me pareció notar una diferencia en el uso de la palabra desafinar en Pablo y en Luz y esta diferencia me sugirió lo que sigue.
Creo entender, que cuando Pablo habla de desafinar, hace referencia al no entender, a la falta de conocimiento en el sentido de que alguien me habla de “aquello que no se”, paso siguiente: comprendo lo que puedo, paso siguiente: cuando trato de hablar de eso me doy cuento que me falta comprensión de lo que estoy hablando y que mi discurso de ese tema es incompleto, carente, pobre, desafinado.
A esto se suma el: “como van a evaluar los otros lo que yo digo”. Y acá se complica más porque comienza a intervenir el “que quiero yo que los otros piensen o sepan de mí”. Y, por el otro lado: “quien quiero ser yo para aquellos que me escuchan”. Y…, y si, hay mas ¿Cuántas mas?, creo que a cada uno se le pueden ocurrir otras cuantas. Al margen de cuantas sean las complicaciones, todo aquello que percibo como ajeno a ese “ideal de mí” que quiero ser y mostrar es percibido como desafinar. ¿Desafinar de que? De esa armonía que “yo” pretendo ser para mi y para los demás.
En cambio en Luz aparece relacionado con la asociación libre y esto me da mas idea de ruptura en el discurso, de discontinuidad. A ver, en Pablo es como que la desafinada la veo venir en cambio en Luz de la desafinada me doy cuenta cuando ya pasó, después, me sorprende. Yo no puedo prever un fallido, un olvido, un sueño, etc. pero si se cuando voy a hablar, desde donde voy a hablar y mido las consecuencias en mi y en los otros de mi discurso.
Entonces de lo que Luz nos habla es de las “formaciones del inconsciente”, aquellas rupturas en la secuencia del discurso (incluyendo la vida como un discurso) que suenan mal por no estar integradas, desarmonizan, desentonan.
Y ahí esta el inconsciente, pues creo que cuando se habla de “formación del inconsciente” no se habla de emanación en el sentido de algo que surge de algún lado sino de formación en el sentido de algo que se “forma” en ese momento que se constituye para ser ahí y después ya no está. Como “alguien” nos hizo corregir en un algún momento “el inconsciente está estructurado como un lenguaje” por “el inconsciente es estructurado como un lenguaje”.
Por otro lado, Ariel agrega: “Por lo tanto el objetivo del psicoanálisis es animarnos a desafinar, no se trata de llegar a ser una “persona normal”, porque lo mejor que me puede pasar es desafinar, es ahí cuando puedo encontrarme con aquellas notas que reflejan mi deseo más profundo.” Y me pareció muy bueno porque me sacó del discurso del yo para meterme en el del sujeto del inconsciente donde no reina la moral (¿desafinar es bueno, malo, normal?) sino la ética; ¿Qué ética? La del deseo. Pero esto es para otra charla.
Aquí se me presenta otra cuestión. Una vez que capté “la desafinada” ¿Qué hago? ¿la integro a la melodía? O sea, ¿tengo que afinarme?, ¿y si me pienso como terapeuta (y la respuesta será la misma)? Cuando le señalo las desafinadas al analizante ¿es para que se afine? O de otra manera: integrar el deseo ¿es integrarse?
¡Bueno…! ¡Esta bien…! ¡Ya terminé!
Dejo de hablar yo para que hable otro. La estrofa de arriba pertenece a una canción de un compositor brasilero: Antonio Carlos Jobim que se llama “Desafinado” y que a mi me gusta mucho y me pareció linda para compartir con ustedes. Deje la versión en portugués para que no se pierda la musicalidad poética pero a continuación va la traducción. La estrofa arriba citada es la última.
Desafinado
Creo entender, que cuando Pablo habla de desafinar, hace referencia al no entender, a la falta de conocimiento en el sentido de que alguien me habla de “aquello que no se”, paso siguiente: comprendo lo que puedo, paso siguiente: cuando trato de hablar de eso me doy cuento que me falta comprensión de lo que estoy hablando y que mi discurso de ese tema es incompleto, carente, pobre, desafinado.
A esto se suma el: “como van a evaluar los otros lo que yo digo”. Y acá se complica más porque comienza a intervenir el “que quiero yo que los otros piensen o sepan de mí”. Y, por el otro lado: “quien quiero ser yo para aquellos que me escuchan”. Y…, y si, hay mas ¿Cuántas mas?, creo que a cada uno se le pueden ocurrir otras cuantas. Al margen de cuantas sean las complicaciones, todo aquello que percibo como ajeno a ese “ideal de mí” que quiero ser y mostrar es percibido como desafinar. ¿Desafinar de que? De esa armonía que “yo” pretendo ser para mi y para los demás.
En cambio en Luz aparece relacionado con la asociación libre y esto me da mas idea de ruptura en el discurso, de discontinuidad. A ver, en Pablo es como que la desafinada la veo venir en cambio en Luz de la desafinada me doy cuenta cuando ya pasó, después, me sorprende. Yo no puedo prever un fallido, un olvido, un sueño, etc. pero si se cuando voy a hablar, desde donde voy a hablar y mido las consecuencias en mi y en los otros de mi discurso.
Entonces de lo que Luz nos habla es de las “formaciones del inconsciente”, aquellas rupturas en la secuencia del discurso (incluyendo la vida como un discurso) que suenan mal por no estar integradas, desarmonizan, desentonan.
Y ahí esta el inconsciente, pues creo que cuando se habla de “formación del inconsciente” no se habla de emanación en el sentido de algo que surge de algún lado sino de formación en el sentido de algo que se “forma” en ese momento que se constituye para ser ahí y después ya no está. Como “alguien” nos hizo corregir en un algún momento “el inconsciente está estructurado como un lenguaje” por “el inconsciente es estructurado como un lenguaje”.
Por otro lado, Ariel agrega: “Por lo tanto el objetivo del psicoanálisis es animarnos a desafinar, no se trata de llegar a ser una “persona normal”, porque lo mejor que me puede pasar es desafinar, es ahí cuando puedo encontrarme con aquellas notas que reflejan mi deseo más profundo.” Y me pareció muy bueno porque me sacó del discurso del yo para meterme en el del sujeto del inconsciente donde no reina la moral (¿desafinar es bueno, malo, normal?) sino la ética; ¿Qué ética? La del deseo. Pero esto es para otra charla.
Aquí se me presenta otra cuestión. Una vez que capté “la desafinada” ¿Qué hago? ¿la integro a la melodía? O sea, ¿tengo que afinarme?, ¿y si me pienso como terapeuta (y la respuesta será la misma)? Cuando le señalo las desafinadas al analizante ¿es para que se afine? O de otra manera: integrar el deseo ¿es integrarse?
¡Bueno…! ¡Esta bien…! ¡Ya terminé!
Dejo de hablar yo para que hable otro. La estrofa de arriba pertenece a una canción de un compositor brasilero: Antonio Carlos Jobim que se llama “Desafinado” y que a mi me gusta mucho y me pareció linda para compartir con ustedes. Deje la versión en portugués para que no se pierda la musicalidad poética pero a continuación va la traducción. La estrofa arriba citada es la última.
Desafinado
Si te dicen que
desafinado estoy,
sabrás que eso en mi
provoca un gran dolor.
Pues tal vez tú tengas
un oído excepcional,
mientras que mi voz
es simple y natural.
Y si tú insistes en considerar
que lo que yo canto
es antimusical,
yo haré cualquier cosa
para demostrar,
que este bossanova
es algo simple y natural.
O es que talvez no quieres
ni tener presente
que los desafinados
también tienen corazón,
entonces al cantar
lo que en el pecho sienten
entregan el alma
con el corazón...
Y es en esa forma
como expreso mi amor
el mayor amor
que tu pudieras encontrarte...
Escucha esta canción
sin olvidar lo principal...
que en el pecho de un desafinado,
muy dentro del pecho late acompasado,
que en el pecho de un desafinado
también late un corazón.
Si quieren escucharlo cantado hagan clic en el vínculo, son las versiónes que a mi mas me gustan:
"Desafinado violín" técnica mixta
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